Significado de【 Zapatero, a tus zapatos 】

Zapatero, a tus zapatos

Qué es «Zapatero, a tus zapatos»

“Zapatero, a tus zapatos” es un refrĂĄn popular que hace referencia a la idea de que cada quien deberĂ­a opinar solamente sobre aquello que sabe, y abstenerse de manifestarse en aquellos asuntos que no le incumben o no entiende.

La expresión popular “zapatero, a tus zapatos” gira en torno a la idea de la intromisión, y se le dice a la persona que busca inmiscuirse en cuestiones ajenas. Es una forma de recordarle que no meta sus narices en donde no debe.

En este sentido, también funciona como advertencia para que tengamos en cuenta que solo debemos opinar y ocuparnos de lo que sabemos y entendemos.

 

Origen del refrĂĄn â€œZapatero, a tus zapatos”

El origen del dicho â€œZapatero, a tus zapatos” se remonta al siglo IV a. de C., en la Antigua Grecia. Refiere Plinio el Viejo que, en una ocasiĂłn, un pintor de nombre Apeles, atendiendo a la observaciĂłn que un zapatero le hizo sobre la confecciĂłn de una sandalia en su cuadro, rectificĂł la pintura.

El zapatero, a continuaciĂłn, siguiĂł haciendo observaciones y crĂ­ticas a la obra, lo cual exasperĂł al artista, que le recomendĂł que, puesto que era zapatero, hacĂ­a mejor en ocuparse de lo que entendĂ­a: zapatos.

Algunas variantes de esta expresiĂłn popular son: “Zapatero, a tus zapatos, y dĂ©jate de otros tratos”; “Zapatero, a tus zapatos, y aunque pases malos ratos”.

SinĂłnimos de este dicho, por su parte, son: “Buñuelero, a tus buñuelos”; “Cada uno a lo suyo”; “Cada cual por su vereda”; “Cada uno en su arte”; “Cada uno en su negocio sabe mĂĄs que otro”; “Cada uno en su oficio es un rey”; “La misa, dĂ­gala el cura”.

La popularidad de la frase es tal que se usĂł para traducir al español el tĂ­tulo de la pelĂ­cula The Cobbler, estrenada en 2014, para su promociĂłn en LatinoamĂ©rica. Cuenta la historia de un zapatero.

«Zapatero, a tus zapatos» en inglĂ©s

En inglĂ©s, “zapatero, a tus zapatos” puede traducirse como “the cobbler shoud stick to his last” (el zapatero deberĂ­a ceñirse a su horma).