«Era un hombre que con frecuencia, padecía ataques de ira incontrolada, así que decidió ir a visitar a un sabio que vivía en la cima de una colina para que le aconsejara. Cuando llegó hasta el sabio le dijo:
-Tengo fuertes ataques de cólera y eso hace muy desgraciada mi vida y malogra mis relaciones con los demás. ¿Puedes ayudarme?
-Antes que nada, dijo el sabio, -es importante que